¡Feliz Día del Padre!

19 de marzo, ocho de la mañana.

Me despierto, me visto y me preparo para empezar otro día más, que pasará, como todos, pero hoy no es un día cualquiera.

Al bajar al salón, allí está mi padre, desayunando en el salón. Lo saludo con una sonrisa, sé que no tiene ni idea de qué día es hoy: nunca le ha dado importancia a eso, pero yo tengo una sorpresa. Me lo pienso un poco y, después, decido esperar, hacer como que no pasa nada.
Por fin ha llegado el final del día, después de la cena lo sorprendo con su regalo. Sí, hoy es el Día del Padre. Sonrío viéndole contento. Parece que después de todo le ha gustado mi pequeño regalo casero. Eso me alegra muchísimo, por eso hoy quería dedicarle esta entrada a él y a todos los padres del mundo, que con sus cosquillas, sus bromas y también sus broncas construyeron en nosotros lo que somos a día de hoy. Gracias por ser mi padre, papá.

He preferido pixelar las caras porque Internet es un sitio demasiado libre, quizás.

Si os ha gustado, aquí os dejo cómo lo hice:

1º- Prepara los siguientes materiales:

2º- En un cartón dibuja dos rectángulos, uno dentro del otro.

3º- El espacio entre ellos se cubre con papel de cocina o papel higiénico, si no se dispone del primero, ayudándonos de cola diluida en agua para mantenerlo pegado.
4º- ¡Y a pintar!

 Decóralo a tu gusto, así también será más divertido. Yo puse un fondo de hierba y nubes con arroz pintado de colores, algunos botones (todo pegado con cola), que le dan un toque de infancia, además de una piruleta y unas hojas de ocumen colocadas en esquinas opuestas para sujetar la foto sin necesidad de usar pegamentos que pudieran estropearla.


Y ya está, es muy fácil, solo necesitas ganas de sorprender a alguien y tiempo, porque tendrás que esperar a que seque la cola y la pintura en varias ocasiones. ¡Ahora te toca a ti!

Mucha suerte.

NOTA: Las fotos y el diseño del marco son originales.